Tres partes contiene la Medicina: Dieta, Farmacéutica y Quirúrgica. Así comienza un documento manuscrito fechado en julio de 1734.
Es imposible saber quien fue su autor porque se conserva incompleto,  pero no por eso deja de contener curiosas recomendaciones para tratar de  mejorar el funcionamiento de los hospitales.

Notase  que en el Hospital General no se detienen los médicos en recetarla....Con estas palabras se refiere el autor a la falta de control sobre la  cantidad y calidad de los alimentos que se proporcionan  a  los enfermos, aspecto muy importante de la Medicina  al que no se le presta la debida atención ...pues los Hermanos que asisten a las salas lo hacen por lo que apetecen los enfermos, porque son preguntados, lo que no se debe permitir  porque,  tal vez, apetecen y piden lo que no les conviene.....
Es, por tanto,  labor del médico recetar los remedios farmacológicos así como la dieta adecuada.
Para asegurarse de que los pacientes toman exclusivamente aquello que les es recomendado, es muy conveniente controlar las visitas porque con la libertad que hay de entrar, así hombres como mujeres, en las salas...que, por lo regular, ya de manifiesto, ya de oculto, introducen bebida y comida muy perjudicial a los enfermos....

Este problema podría ser resuelto colocando una puerta  junto a la capilla que va al patio de San Bernardo, y otra más en la escalera que sube a los corredores, con un portero en cada una  que no deje pasar mujer alguna por ellas...por haber acreditado la experiencia los notables daños de las conciencias de los enfermos;  como también, por la honestidad,  no podérselas registrar por si llevan algo de comer o beber....permitiendo sólo el paso a los hombres,  previo registro por parte del portero. Medidas que,  del mismo modo,  serían  de aplicación en el Hospital de la Pasión con la salvedad de que, en este caso, se permitiría el paso a las mujeres exclusivamente.

Aboga el autor del escrito por la especialización de los mancebos en su labor de enfermería, dejando que las tareas de limpieza de las salas corran a cargo de otras personas.

De igual manera, recomienda que no sean unas ignorantes enfermeras las encargadas de llevar a cabo  remedios como parches y ligaduras  porque, para beneficio del paciente,   es indispensable que practiquen ésto los mancebos.

Los médicos tienen que ajustarse a  un horario. En verano deben haber terminado las visitas a las 8 de la mañana y en invierno, a las 8:30. De esta forma, vistos los pacientes y realizadas  las pertinentes curas, a las once se puede servir la comida sin estorbos de ningún tipo. Durante la tarde, los galenos girarán nueva visita a todos los enfermos, no pudiendo eximirse de esta obligación  sino  por enfermedad. El médico debe ir siempre acompañado por el boticario, quien  tiene la obligación  de tomar nota de las cantidades debidas que el primero recete, así como  de garantizar  que la calidad de las medicinas que llegan al pobre es la misma  que la de las que guarda  en su botica, no habiendo  para lo contrario, razón alguna  porque el  "erario de los pobres"  franquea todo lo necesario....

Es conveniente controlar a los mancebos para que administren a los pacientes las dosis prescritas castigando con dureza a aquellos que guarden medicinas para sus propios fines.

Tampoco está de más contar con un sacerdote que, previamente instruido, ayude a una mejor conducta.

Y por último, una  muy importante recomendación: las enfermeras deben ser de edad madura con que se evitarán escándalos y ruidos...

Comentarios

  1. ¡Que interesante Raquel! En algunas cosas que poco hemos cambiado.

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  2. Respuestas
    1. Habla del Hospital General y del Hospital de la Pasión. Ambos debían formar parte de la misma institución pero los enfermos estaban separados por sexos. Estaba situado cerca de lo que hoy es la calle Atocha. Hacia los años 60 del siglo XVIII se construyó uno nuevo en otra ubicación (lo que hoy es el Museo Reina Sofía).

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